Buenas noches. Hoy viendo noticias interesantes del sector inmobiliario, me he topado con esta, me ha parecido muy curiosa.
DINK
El término dink todavía no está muy extendido en España, aunque todo hace prever que se popularizará muy pronto: las nuevas estrategias de marketing y el actual estilo de vida de muchas personas así lo sugieren. ‘Dink’ es, en realidad, un acrónimo que quiere decir ‘Double Income No Kids’ (Ingresos Dobles Sin Hijos), y hace referencia a un verdadero target para muchas compañías inmobiliarias, pues cada vez son más las parejas que comienzan a convivir bajo el mismo techo pero con la convicción de posponer indefinidamente (o permanentemente) la idea de tener hijos.
Por ello, los dink van buscando un tipo de casa muy concreta. Por lo general, son pisos de una sola habitación, o como máximo dos, de nueva construcción y con una superficie más bien moderada, puesto que realmente no tienen grandes necesidades de espacio.
En cuanto a la ubicación de estos pisos o apartamentos, un mapa nos da pistas muy interesantes al respecto: si bien muchas de estas parejas dink eligen el centro de las ciudades, otras muchas prefieren la periferia o poblaciones en la corona metropolitana de las grandes urbes para establecer su residencia.
Qué hace de los dink unos clientes potenciales interesantes
Con la lógica prudencia que exigen las generalizaciones, los dink suelen reunir una serie de características que los hacen especialmente interesantes para el sector inmobiliario. La principal es que suelen tener un poder adquisitivo medio-alto. Además, su elección vital de posponer la concepción de hijos les permite un mayor gasto personal, y en ello se incluye la compra de la casa.
No obstante, a veces no es fácil establecer una diferencia clara entre los dink y las parejas jóvenes que inician su emancipación. En ambos casos, la primera elección para la convivencia suele ser un piso o apartamento en régimen de alquiler, puesto que ello genera menos ataduras en el caso de que la relación de pareja no tenga buen fin.
Sin embargo, una vez que se da el salto a la compra de vivienda, las parejas con perspectivas de formar familia suelen preferir pisos de 2 ó 3 habitaciones al menos, de una extensión mayor (más de 100 m2 en muchos casos) y que tengan ‘extras’ con vistas a los futuros niños (patio, jardín, trastero amplio para guardar los ‘trastos’ relacionados con los más pequeños, etc.).
En cualquier caso, los apartamentos de nueva construcción y con una sola habitación no solo resisten muy bien en los catálogos inmobiliarios, sino que son muy valorados por los dinks, un tipo de pareja cada vez más numerosa en nuestros días.
Fuente Inmodiario (23 de octubre)