Una de las mayores preocupaciones del arrendador es no saber exactamente qué tipo de inquilino está en su vivienda. Algunos consideran que encontrar un buen arrendatario es toda una lotería. Para reducir el riesgo de que el inquilino deje de pagar la renta, existen los seguros de alquiler, también garantías adicionales a la fianza o la opción de que una persona solvente distinta del arrendatario se constituya en su fiador solidario.
– Seguro de alquiler: hay cada vez más empresas que ofrecen seguros de alquiler que garantizan la protección al arrendador en caso de impago del inquilino. Este seguro se hace cargo de las rentas impagadas dentro de los límites establecidos en la póliza, existiendo también la posibilidad de ampliar la cobertura a los daños que pueda ocasionar el arrendatario en el inmueble.
– Es importante elaborar un buen contrato de arrendamiento para evitar problemas y que el propietario se blinde ante posibles impagos.
– Además de la fianza, que es obligatoria depositarla en el organismo autonómico correspondiente, el casero también puede pedir garantías adicionales, como puede ser el aval bancario o la entrega en metálico por parte del inquilino de una cantidad equivalente a una o varias mensualidades de renta, en concepto de garantía adicional.
– Otra opción es nombrar a un fiador solidario que responda de las obligaciones que se deriven del contrato de arrendamiento, como son el pago de la renta y demás cantidades asimiladas. Así, el casero, en caso de impago de la renta, puede reclamar las cantidades insatisfechas a los fiadores.